miércoles, 3 de septiembre de 2014

Las nuevas cosas

Siempre hay nuevas cosas, siempre.

Siempre se conoce a alguien, se olvida a alguien.

Todos los días invariablemente vivimos la aventura de lo desconocido y lo confundimos con rutina.

Todos los días, inexorablemente, se extrae de entre la miríada de cosas inimaginales e infinitas posibilidades, una pequeña porción, la rebanada del pastel que nos comeremos con cada minuto transcurrido.

Siempre se viven cosas nuevas, siempre se viven cosas diferentes y somos insensibles a los matices diferentes de las mismas cosas.

Leemos y releemos el mismo libro del diario para hacernos los ciegos frente a los tonos, a las sutiles caricias de lo novedoso.

No tengo palabras para la aventura del hoy. No tengo vocabulario que alcance a expresar las maravillas con que se deleitan mis sentidos a diario.

A lo mejor, es cosa del desierto.

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